Todos los miembros del equipo quirúrgico deben higienizar sus manos y brazos antes de entrar al quirófano. El principio básico del lavado quirúrgico es lavarse las manos cuidadosamente y luego lavarse desde el área limpia (la mano) hacia el área menos limpia (el brazo). Realizar el lavado quirúrgico sistemáticamente es una forma eficaz de garantizar que se emplea la técnica apropiada.
Existen dos métodos para el lavado quirúrgico. El primero es el llamado lavado por número, que consiste en asignar un cierto número de pases del cepillo para cada dedo, la palma y el dorso de la mano y el brazo. El método alternativo es el lavado quirúrgico por tiempo. Cada lavado debe tomar entre tres y cinco minutos, según el protocolo de la institución.
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